miércoles, 14 de septiembre de 2016

FÚTBOL FEMENINO DE COLOMBIA REQUIERE RETOQUES


El fútbol femenino de Colombia necesita una revisión profunda, luego de evidenciar aspectos negativos que influyeron en la imagen del seleccionado en los pasados Juegos Olímpicos.
La dirigencia asegura que su tarea es continuar con el respaldo en la preparación de los equipos, que ha sido bueno, y propiciar más competencia interna. Pero antes deberá resolver temas que generaron dudas en el manejo del conjunto de mayores.
 
Ningún deporte merece vetos, como sucedió con Daniela Montoya. Ella, con más capacidad que la mayoría de integrantes del plantel que estuvo en Río, no fue convocada y pagó las consecuencias por liderar la reclamación de un premio en el Mundial-2015.
 
Así castigaron los directivos y cuerpo técnico a una deportista que pedía equidad, que quizás se equivocó en la manera de reclamar, y terminó por fuera de un grupo en el que no había unidad. Daniela no cumplió su sueño olímpico, pero la vida le dio una revancha al ser contratada por el club español Levante.
 
Otro aspecto para corregir es la elección del seleccionador nacional. A ese cargo no pueden llegar personas que antepongan sus intereses particulares a los colectivos. Felipe Taborda, dueño de Generaciones Palmiranas, en muchos microciclos prefirió a las chicas de su escuela por encima del talento de otras regiones.
 
Su comportamiento les cerró las puertas a muchos de sus colegas, que a la hora de opinar omiten sus nombres para evitar polémicas.
 
La afición pide que estos hechos no se repitan para que el balompié femenino retome la ruta que les permitió a las integrantes del seleccionado de mayores ser llamadas “Superpoderosas”.
Soplan buenos vientos
El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, dijo que esta semana empezarán los análisis sobre los cuerpos técnicos de las selecciones y los planes a seguir: “la posibilidad de contratar un extranjero no se descarta, es interesante y se estudiará, pero no hay nada definido”.
 
En ese sentido hay voces en contra, pues consideran que en el país hay personas capacitadas y que han hecho méritos para ocupar el cargo.
 
“La gente nuestra tiene más conocimiento de la idiosincrasia de las jugadoras y del medio. Me inclino por una mujer como Miriam Guerrero o en su defecto el profesor Nelson Abadía que en el Mundial demostró conocimiento del proceso, empatía y buenas relaciones con las niñas”, señaló Margarita Martínez, una de las pioneras del fútbol femenino.
 
Jesurún resaltó la creación, desde el próximo año, de una liga profesional. Para tal fin los equipos interesados en participar deben afiliarse a los clubes profesionales de la Dimayor y serían reforzados por figuras locales y del exterior. Patriotas de Boyacá, por ejemplo, ya contrató a Yoreli Rincón.
 
“Llegamos a una madurez importante para hacer con las mujeres lo que se realiza con los hombres, para continuar los procesos de las ligas departamentales. Queremos dar el salto”, añadió Jesurún, quien debe verificar que la comisión de fútbol femenino opere.
 
Este proyecto, que muchos aplauden porque mejora las condiciones de las futbolistas, para algunos es apresurado. Y señalan que primero se debería fortalecer el torneo nacional de clubes que hoy se realiza con carencias: comenzaron 41 equipos que luchan por un cupo a la Copa Libertadores, pero se ha retirado la mitad. Y el nivel técnico es pobre.
 
Pedir la sede del Mundial de mayores de 2023 ante la Fifa es otra muestra de interés de la dirigencia colombiana por desarrollar esta disciplina, pero primero hay que poner orden en la casa.

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